miércoles, 14 de octubre de 2009

Puente de octubre en Málaga

Estreno este blog con el viajecito que hemos hecho la familia a Málaga con motivo del puente del 9 al 12 de octubre.
Málaga se encuentra a algo menos de 500 km de Alicante y se puede llegar a ella en unas cuatro horas sin correr demasiado y si los niños lo permiten. No fue el caso. Primero el niño y luego la niña hicieron que nos fuéramos casi a las 5 horas.
El hotel en el que nos alojamos fue el mismo en el que estuvimos hospedados el año pasado en nuestra vuelta a Alicante desde las playas de Cádiz. Se llama Petit Palace Málaga y pertenece a la cadena High Tech Hoteles www.hthoteles.com . Este hotel, como todos los de la cadena, es bastante moderno (la cadena comenzó a funcionar ya entrado el siglo XXI) aunque se encuentra en un edificio de principios de siglo XX.
Tiene una serie de características que a mí, personalmente, me han resultado bastante novedosas. En todas las habitaciones hay un ordenador portátil conectado a internet a disposición del cliente sin cargo adicional. También dispone de wi-fi gratis y de bicicletas plegables a disposición de los clientes para poder conocer la ciudad mediante este medio de transporte. Asimismo dispone de sillitas de paseo para los niños por si no quieres llevártela desde tu ciudad de origen. No se ha de pagar suplemento por ninguno de estos servicios. Sólo es necesario que haya disponibilidad en el momento.
La ubicación del mismo es casi perfecta. Se localiza en la C/ Nicasio Calle, 3 (a 10 metros de la C/ Larios, centro comercial y social de Málaga, a 1 minuto de la Catedral y con una oficina de turismo en la misma puerta). Sólo hay que ponerle un pero al emplazamiento del hotel y éste no es otro que, al situarse en una calle peatonal, no se puede acceder con vehículo propio hasta la puerta y hay que ir cargado con las maletas desde el sitio donde hayas dejado el coche. También recordar que no dispone de restaurante, aunque en la zona donde se ubica no se echa en falta pues está llenísima de todo tipo de bares y restaurantes.
Nosotros lo dejamos en un parking cercano (Plaza de la Marina) y desde ahí fuimos cargados con todos los trastos hasta el hotel.
En el hotel nos asignaron una habitación muy grande en la que predominan los colores blancos y naranjas. Además de la cama de matrimonio, la habitación disponía de literas para los niños. Como la niña es demasiado pequeña para dormir en cama y al niño no lo veíamos durmiendo en la litera de arriba, solicitamos una cuna que nos proporcionaron en cuestión de pocas horas para que la niña durmiera en ella, y si el niño tenía que caer al suelo, que lo hiciera desde la litera inferior. Afortunadamente, no hubo caídas.
El baño disponía de una bañera enorme de hidromasaje que dio muchísimo juego pues a los niños les encantó. Sobre todo al niño, que no había manera de sacarlo de ella.
Una vez instalados, me acerqué al parking de la plaza de la Marina a sacar el coche del garaje e intentar aparcarlo en la calle, en un sitio donde no hubiera que pagar. El parking en Málaga ronda los 25 € por día. Tres días de parking, bien merecen una buena cena.
Finalmente aparqué en la zona de la Malagueta (a un cuarto de hora andando desde el hotel) en un lugar donde no hay que pagar. Por esa zona deambulan unos señores con uniforme gris que hacen de aparcacoches y que te cobran un Euro. Pertenecen a una asociación de discapacitados de Málaga permitida por el Ayuntamiento y el pago, como bien indica el papelito que te dan, es totalmente voluntario. La gente, por lo que vi, suele pagar el Euro.
Una vez aparcado el coche, saqué mi flamante Brompton del coche y en menos de cinco minutillos me planté en el hotel. Hay que ver el juego que da esta bicicleta!!
Ya ubicados en Málaga, pasaré a comentar los lugares que hicieron que no muriéramos ni de sed ni de hambre.
He de decir que la oferta gastronómica de Málaga es apabullante. En la zona de nuestro hotel (zona Catedral-Larios) hay decenas de bares y restaurantes más o menos logrados.
La comida de los días 9 y 10 de octubre la realizamos en un bar que ya conocíamos de nuestra anterior visita a Málaga. El bar en cuestión se llama "Los Candiles". Se encuentra a menos de un minuto del hotel (C/ Moreno Monroy, esquina C/ Fresca). Es un bar muy pequeño con apenas seis mesas y una pequeña barra a mano izquierda según se entra por la puerta.
La primera vez que pasamos por la puerta, observamos que estaba lleno de gente que parecía ser de Málaga, gente mayor, gente de oficinas...Nos la jugamos y triunfamos.
Que nadie se espere alta cocina ni tortillas deconstruidas ni nada por el estilo. Es un bar de comida casera donde el dueño (el Sr. Enrique) hace la compra para ese día y cuando se acabe, se ha acabado.
Los dos días comimos una fritura malagueña (chanquetes, boquerones, pescadito, rosada, calamar, chipirones y salmonetes) que estaba maravillosamente cocinada. Ni rastro de aceite.
Los otros platos que pedimos fueron, croquetas de jamón caseras, un secreto ibérico espectacular y unas albóndigas con salsa de almendras para mojar pan. Todo acompañado con patatas fritas caseras. Desde aquí mi más sentido homenaje a los bares que siguen dando patatas fritas caseras en vez de congeladas.
Para beber, sólo tomamos cerveza de barril Cruzcampo (bastantes, pues apretaba el calor).
De postre había fruta y unos postres que, aunque no los hacen en el mismo bar, son fabricados por una casa pequeña de Málaga y están bastante logrados (he probado arroces con leche caseros infinitamente peores).
En la barra también vimos conchas finas (almejas grandes, típicas de Málaga, que se comen crudas), cigalas, langostinos y alguna cosilla más. Tenían buena pinta pero no probamos nada de esto.
La comida del día 11 la hicimos en un restaurante italiano que se llama "La Romántica" (C/ Cárcer, 3-5 (952 224 786), también en el centro histórico) para cambiar un poco el tipo de comida pues el pescadito empezaba a asomarnos por las orejas.
El lugar parece una trattoría italiana auténtica: poco espacio, manteles a cuadros, copas de esas que pesan un montón y muchísima gente hablando alto. La comida era muy buena. Las pizzas estaban deliciosas y la pasta también muy lograda. Barato. Totalmente recomendable.
Para cenar, tampoco nos complicamos mucho la vida y cenamos las tres noches en el mismo sitio. El lugar en cuestión se llama "d'gustar" y se encuentra en la Plaza de las Flores (de nuevo a un paso del hotel). Aprovechando que hizo muy buen tiempo, cenamos en la terracita.
Probamos la primera noche y nos gustó tanto que decidimos volver para probar más platos de la carta.
La primera cena estuvo compuesta de tapa de salmorejo con jamón de pato, tapa de habitas fritas con foie, ensalada con salmón y vinagreta de mostaza antigua y para terminar, lomo de orza sobre pisto. Hay que decir que las raciones son generosas y están muy bien elaboradas. Regamos estos platos con la cervecita inicial y seguimos con un vino de la D.O. Sierras de Málaga que nos gustó bastante aunque eché en falta un poquillo más de cuerpo. De postre, una muy generosa ración de tarta de queso espléndida.
La segunda noche, como el niño ya había cenado, pedimos la tapa de salmorejo, una tosta de anchoas 00 de Santoña sobre tomates cherry al horno y una ensalada de ventresca de atún con pimientos de Navarra. Esta vez cenamos con un Emina 2005 (D.O. Ribera del Duero) después de acertar los tres vinos de la carta que se habían agotado (otro de la D.O. Sierras de Málaga, Tagonius D.O Vinos de Madrid y otro que no recuerdo de la D.O. Toro). No nos importó ya que el Emina 2005 (100% Tinta del país) está francamente bueno. De postre, una ración de tarta de chocolate muy grande y buena, que precedió al Gin- Tonic de Bombay Shapphire.
La última noche, tapa de lomo guisada con verduritas, alcachofa estofada, ensalada de Camembert sobre espárragos trigueros, platazo de chorizo de bellota y ensalada de salmón. De postre, otra tarta de queso y para el fin de fiesta, otro Gin Tonic de Sapphire. Esta noche, el vino elegido fue un Ellize Syrah 2006,D.O La Mancha.
Cada uno de estos tres festivales salió por una cantidad de entre 70 y 80 Euros. No diré que es un lugar barato pero teniendo en cuenta que el niño ya cena algo, la elaboración de los platos es más que notable y el servicio muy bueno, tampoco se puede decir que el sitio en cuestión sea caro. Muy recomendable.
La carta de vinos maneja varias denominaciones de origen más o menos surtidas. Los precios se mueven alrededor del x2,5 en vinos baratos y del x2 en vinos más caros. Ninguna ganga.
Saludos.

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