miércoles, 13 de enero de 2010

Lamucca. Madrid.


En mi repaso a las navidades pasadas se me olvidaron varias cosas interesantes que me gustaría comentar conforme me vayan viniendo a la memoria.
Una de ellas es un restaurantre que se llama Lamucca. Se encuentra en la Plaza de Carlos Cambronero, 4 (Madrid).
Es un lugar curioso y divertido. Es bastante grande y en su reclamo publicitario comentan que te puedes llevar, si quieres y lo pagas, el mobiliario.
La cocina es de lo más variopinta al igual que la gente que trabaja allí. Hay platos marroquís, filipinos, japoneses, italianos, hindús, españoles.... Y la verdad es que casi todo lo que probamos (que fue bastante ya que compartimos los siete que cenamos) estaba muy bueno. Lo que menos nos gustó fue el hummus que sabía demasiado a limón.
No olvidéis visitar el baño. Se comparte (me refiero a hombres y mujeres) la pila donde te lavas las manos pero sin ver a la otra persona. Sólo puedes ver las manos de la persona del otro sexo que en ese momento se las está lavando. Un espejo se encarga de taparle el rostro.
El secamanos es espectacular. Es de los que funciona con aire. Pero es aire frío con una potencia brutal. Es rojo y está formado por dos paredes llenas de agujeritos entre las que tienes que colocar las manos. Mola porque no te deja las manos calientes, que es una sensación que personalmente me desagrada bastante.
Otra cosilla curiosa es que en cada mesa tienes un aparatillo de metacrilato con tres botones. Pulsando uno de ellos, al momento, aparece el camarero. Pulsando otro de ellos, enseguida viene el camarero y te trae la cuenta. El tercer botón es por si has pulsado alguno de los otros dos sin querer.
El servicio es muy rápido. Rapidísimo. De precio está muy bien. Salimos a 23 Euros por cabeza y cenamos estupendamente.
Recomendable.

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