.jpg)
Después de la carrera, hemos ido a recuperarnos a un restaurante asturiano que se llama Pulpería Narcea (Tlfno: 966 690 829). Conocido por todo el mundo como el Narcea.
Al final, hemos sido 14 adultos, 2 niños y 3 bebés.
Tras la Media del año 2007 también comimos en este lugar y recuerdo que comimos muy bien pero que pagamos más dinero del recomendable para un lugar de estas características. Supongo que por eso no habíamos vuelto hasta hoy.
Para comer hemos tomado, lacón, chorizos a la sidra, pulpo a la gallega, fabada y chuletón (que cada uno se ha hecho a su punto en unas piedras refractarias).
Para beber, cerveza, una botella de sidra que no ha convencido a nadie y varias botellas de Protos roble a 16 Euros (servido demasiado caliente). La bodega, bastante triste: cinco o seis celebérrimos vinos de la D.O.C. Rioja y el mismo número de vinos de la D.O. Ribera del Duero, también de los más conocidos.
La comida estaba francamente buena y nadie se ha quedado con hambre. Además ha habido postre para todos. Los postres no son caseros. Son dignos pero no están hechos en el mismo restaurante y algunos de ellos son bastante mejorables.
Al final, 39 Euros por cabeza. Es una cantidad nada despreciable teniendo en cuenta el tipo de comida que hemos degustado pero como, casi siempre, la parte de la factura que se refiere a la bebida ha sido muy importante.
Habiendo comido tan bien como he comido, me duele menos pagar esta cantidad de dinero pero he de reconocer que se puede comer casi igual de bien en algún otro asturiano pagando casi la mitad.
Supongo que volverán a pasar, como mínimo, otros tres años antes de que vuelva a este lugar. Y no por lo que nos ha costado la broma sino por el trato recibido por uno de los camareros.
El tío en cuestión nos ha tratado con una prepotencia y una chulería que no recordaba en un camarero. Sin ningún tipo de duda, podríamos tratar a este individuo como un auténtico gilipollas.
Lástima que no me haya quedado con su nombre porque no tendría ningún rubor en reflejarlo en estas líneas.
Si tengo la suerte de que alguien de este restaurante lea esta entrada, que sepa que en plantilla tienen a unos de los tipos más capullos que me he encontrado jamás atendiendo al público.