lunes, 20 de septiembre de 2010

El Deseo. Granada.


Aunque Granada incita a ir de bar en bar tomando tapas, tampoco es mal plan sentarse a comer tranquilamente en un restaurante.
Después de instalarnos en los apartamentos, nos fuimos a la cercana Plaza de la Romanilla donde se encuentra el restaurante El Deseo.
El restaurante está decorado de una forma bastante moderna y se divide en cuatro partes: la cocina (totalmente a la vista), la terraza en la misma plaza, la barra de entrada con unas pocas mesas y el comedor interior con zona de fumadores y no fumadores (bastante mal separada si se deja abierta la puerta que separa estos dos ambientes).
La comida que se puede degustar en este restaurante se basa en el encuentro de las cocinas italiana y granadina. Lo cierto es que en la carta se encuentran platos típicos italianos como la tagliata, el saltimboca, las pizzas o el carpaccio pero con un toque granadino en algunos de ellos.

La carta de vinos tiene una cantidad respetable de referencias tanto españolas como italianas. Además, cada vino viene descrito con un adjetivo que, con más o menos fortuna, define el carácter del mismo. Curiosa carta de vinos. Los precios no son caros. Por menos de 20 Euros se pueden degustar varios vinos muy buenos.
Para comer pedimos el "Deliro de tomate" (magnífico), la "templada de pulpo y patata" (estupenda), los "Huevos rotos con trufa y jamón ibérico" (muy ricos), el Cartuchito andaluz (simpático cartucho de papel con calamar muy tierno y verduritas fritas en tempura), el "Saltimboca de cordero" (muy sabroso y tierno con mucho gusto a romero) y una "Pizza a lo pobre" (riquísima con patata y salchicha). Las raciones son generosas.
Para beber, Beryna 2007 D.O. Alicante para hacer patria en copas Schott.

Luego pedimos tres postres muy buenos y abundantes donde destacó por su originalidad la morcilla de chocolate que regamos con un Pedro Ximénez cortesía de la casa.
Con las infusiones, cervezas de rigor y demás no llegó a 33 euros por cabeza. Espectacular.
Al día siguiente, por la noche, volvimos a cenar en la barra pero esta vez sin los niños que se quedaron en el apartamento con los abuelos.
Pedimos tres vinos (hay unos diez vinos por copas) que fueron acompañados por tres tapas (cartuchito de patatas con mahonesa, ensalada de pasta y platito de parmesano con mortadela y reducción de vinagre de Módena) y luego nos lanzamos con tres vinos más para acompañar uno de los mejores carpaccios de ternera que he probado y un espectacular tartar de atún con vino tinto. Maravilloso. Todo por 25 euros por cabeza. Un lujazo.
Si os pasáis por El Deseo, fijaros en las camareras (son mayoría) y en los camareros. Todos muy agraciados físicamente. ¿Casualidad?
Muy recomendable.


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