sábado, 27 de noviembre de 2010

Damasol. Alicante.

Este es un bar del que preferiría no hablar porque es muy pequeño y me molestaría mucho llegar allí y no poder entrar.
Como veis en la tarjeta, está en la Plaza del Mercado (también conocida como de las Flores o del 25 de mayo).
Es bastante pequeño y está siempre lleno. La comida que se puede degustar allí es de mercado como no podía ser de otra forma. Hay marisco alucinante, ventresca de atún, ensaladillas, revueltos, callos, las mejores gambas con gabardina que he probado en mi vida y un sinfín de tapas de una calidad maravillosa. Precios muy razonables.
El tema de vinos no debe de estar mal porque la única botella que ha desfilado delante de mis narices ha sido un Pago de Carraovejas Crianza 2008 D.O. Ribera del Duero.
Lo dicho. No vayáis, no sea que me quede sin sitio.

La taberna des Chatignons. Alicante.


Estupenda cena de machos (siete nos presentamos a la cita) la que pasamos ayer en la Taberna des Chatignons (Calle Castaños, 44. Tfno: 966 145 802 )debido a que El Corsario estaba cerrado.
Habíamos quedado a las diez y media pero no pudimos sentarnos a cenar hasta pasadas las once y media. Demasiado tiempo de pie tomando cerveza y vino.
El local es más bien pequeño y ruidoso pero es agradable. Lo fundamental, que es la comida, está muy bien. Las ensaladas estaban estupendas; los calamares a la romana, magníficos; las carnes, en el punto que habíamos pedido; los huevos con jamón y patatas chips caseras, francamente buenos.
No hay muchos vinos para elegir pero hay los suficientes para salir de allí bien bebido.
Nos decantamos por un Sein. Es un vino de la D.O. Alicante 100% monastrell y que en tienda está por menos de 10 Euros. Gustó mucho. Así como cinco botellas.
Me parece que me van a ver bastante a menudo por este lugar.
Además, genial de precio. Totalmente comido y bebido (quizá un poco más de lo necesario) por 30 Euros.
Muy recomendable.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Lo mejor de la gastronomía


Por segundo año consecutivo se ha celebrado en el recinto ferial de IFA el congreso "Lo mejor de la gastronomía".
Durante los cuatro días que ha durado se ha podido degustar infinidad de productos de muchos lugares diversos a precios más que razonables.
Los amantes del buen comer y del buen beber tenían en este congreso un lugar donde disfrutar como pocas veces.
La entrada costaba 3 Euros pero había invitaciones fáciles de conseguir. Una vez dentro, las degustaciones de comida y bebida eran también muy económicas. Más o menos, 3 Euros por tapa y bebida. Con 20 Euros, si te lo sabías montar, salías comido y borracho.
Había quesos, embutidos, alta cocina, vinos, dulces, arroces, productos de menaje, maquinaria específica para la hostelería y un largo etcétera de productos para ver y probar.
Además había una serie de talleres y clases magistrales a cargo de los chefs más importantes del mundo. También hubo una serie de catas de vinos para maridar con ciertos productos o simplemente para conocer vinos de las bodegas que allí exponían.
Ya que sólo pude acudir dos días y con poco tiempo, unicamente me apunté a la cata que ofrecía Vega Sicilia.
En ella degustamos los vinos que todavía no han salido al mercado de sus referencias fabricadas en España. Esta vez no pudimos probar los Oremus (Tokaji) hechos en Hungría.
La cata la dirigió Begoña Jovellar (integrante del equipo técnico de Vega sicilia) que nos contó cómo se elaboraba cada vino y cómo fueron las últimas añadas en cada zona donde elaboran vino además de todos los recursos de los que dispone la bodega más famosa y puntera de España.
Los vinos que probamos fueron: Pintia 2008 D.O. Toro (vino de tres años que saldrá a la venta entre 2011 y 2012), Alión 2007 Vino de la Tierra de Castilla León (vino de cuatro años que saldrá a la venta entre 2011 y 2012), Vega Sicilia Valbuena 5º año D.O. Ribera del Duero (vino de 5 años que saldrá a la venta entre 2011 y 2012), Vega Sicilia Único 2002 (no hay 2001)D.O. Ribera del Duero (vino de más de 10 años que no saldrá a la venta hasta como mínimo 2012 o 2013) y el Vega Sicilia Reserva Especial (mezcla de Únicos de 1991, 1994 y 1998 que aún no tiene fecha de salida al mercado).
¿Qué os voy a contar de estos vinos? A pesar de que no son mi tipo de vino favorito (excepto el Pintia) hay que quitarse el sombrero ante estas maravillas de caldos que ayer pudimos degustar.
Son vinos ultra elegantes, aterciopelados, con muchísima fruta y con una acidez portentosa para la cantidad de años que llevan encima algunos de ellos desde sus vendimias.
El Pintia, como buen vino de Toro era potente, glicérico, denso... Me encanta.
El Alión, elegante, también potente aunque menos que el Pintia. Buenísimo.
El Valbuena 5ºaño me pareció la elegancia personificada. Puro terciopelo.
El Único es un vino excepcional. Maravilloso. Uva, madera y tiempo.
El Reserva Especial 91/94/98, una auténtica joya. Largo, larguísimo, suave, redondo. Un escándalo.
Esta cata puso colofón al mes en el que, seguramente, he probado la mayor cantidad de vinos excelentes.
Empecé con un El Nido 2006 D.O Jumilla (por deferencia y locura de nuestro querido Pichí), seguí por un Cénit 2006 D.O. Tierra del vino de Zamora, continué por un Aquilón 2005 D.O. Campo de Borja y acabé con la cata de los Vega Sicilia.
Además, he de comentar que también probé el nuevo Beryna 2008, el Casa Balaguer 2006 y el Beryna selección 2005 (todos ellos D.O. Alicante).
Vamos, no creo que tenga un mes como este en algún tiempo. Espero que mi cuerpo me perdone cuando le dé a probar algún vino que se quede en los 93 puntos de la Guía Peñín.

viernes, 15 de octubre de 2010

Gin Mare.


Presentada como la primera ginebra premium mediterránea (elaborada en España) y con un gran trabajo publicitario en las redes sociales nos fuimos a comprar una botellita de Gin Mare.
Entre sus botánicos destacan la oliva arbequina, el tomillo, el romero y la albahaca. Todo muy mediterráneo.
La probamos en Gin Tonic con Fever Tree y apreciamos un perfume muy suave y agradable. Entra muy bien pero, para mí, se queda un poco a medio camino entre las ginebras secas y las aromáticas.
Quizás precisamente por eso, esta ginebra no me acaba de matar como yo quería que me matase. Pelín de decepción aunque es una muy buena ginebra. Pero eso va a gustos.
El precio, entre los 35 y 40 Euros la botella.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Balneario de Archena. Archena. Murcia

Fin de semana de relax el que pasamos en el Balneario de Archena. Había oído hablar mucho de él y por fin pude visitarlo en persona.
El Balneario de Archena es un complejo turístico montado alrededor de un manantial del que brota un agua a 52 grados de temperatura.. En este complejo podemos alojarnos en tres hoteles distintos (Termas, de cuatro estrellas superior, Levante, de cuatro estrellas y León, de tres estrellas).
Una vez alojado allí, el cliente puede someterse a un gran número de tratamientos relacionados con las aguas termales que de allí manan.
También es posible someterse a estos tratamientos sin estar alojados en el balneario.
Existe una zona más lúdica compuesta por piscinas con corriente, zonas para niños, jacuzzis, bares y tumbonas para el que quiera disfrutar del agua calentita pero sin sufrir en exceso. Es una zona que utiliza mucho la gente para pasar el día como el que se va a la playa.
A mí esto de los balnearios me gusta lo justo aunque he de reconocer que en éste lo pasé muy bien.
Los tratamientos a los que nos sometimos fueron: el Termoarchena (sucesión de sauna, chorros a diferentes temperaturas, piscina de agua caliente y masaje con hielo), la estufa térmica (lo que sería un baño turco), el chorro de agua a presión (el que haya estado en una banyà en las Hogueras de San Juan sabrá de qué le hablo y cómo duele), el masaje Archena (media hora de masaje con agua cayéndote desde arriba) y los lodos térmicos (pegotes de barro casi quemando en la espalda y articulaciones durante un cuarto de hora). Vamos, placentero lo justo.
Alguno no tuvo suficiente y contrató algún tratamiento más.
En cuanto al tema gastronómico, al tener contratada la pensión completa, comimos y cenamos en el comedor que se encuentra en el Hotel Termas.
El desayuno es bantante flojito (café malo, bollería industrial bastante deficiente).
Tanto la comida como la cena constan de un menú donde elegir entre cuatro primeros, cuatro segundos y cuatro postres.
En general la comida es buena pero sin pretensiones. Todo lo que yo comí estaba realmente bueno pero el precio que tiene el menú es escandaloso (24 Euros por comida). Puedes salir de allí habiendo comido una hervidito de judías y patata y un pollo al horno con un plátano de postre y pagar 24 Euros cuando no es lógico pagar ni la mitad.
Supongo que este precio se debe a que son sabedores de que el que quiera algo diferente tendrá que coger el coche y hacerse unos cuantos kilómetros hasta encontrar un lugar en el pueblo (donde quién sabe cómo comerá).
Respecto al alojamiento, nosotros estuvimos en el Hotel Levante. El hotel está bien sin más. El personal es muy amable pero en cuanto a decoración y equipamiento de las habitaciones, podríamos decir que son bastante espartanas. Cuatro estrellas justitas.
Eso sí, tienes tu albornoz para estar paseándote todo el día por el complejo. Es el atuendo oficial del lugar. todo el mundo va en albornoz.
En verano, intuyo que puede ser muy duro. Supongo que se estará más fresquito en las zonas termales que en el exterior.
Recomendable para liberarse del estrés.

martes, 21 de septiembre de 2010

Puerta del Carmen. Granada.


Después de la obligada visita a la Alhambra bajamos al centro de Granada para comer. Había oído hablar de un restaurante en la Plaza del Carmen que se llama Puerta del Carmen.
Dudamos entre volver a El Deseo o visitar este otro lugar que en el anterior viaje a Granada ya me quedé con ganas de visitar.
Al final tomamos asiento en el Puerta del Carmen. El local está magníficamente montado. Tiene una barra donde tapear y varias mesas para comer en plan más duro. También hay terracita. Se llena con facilidad.
La comida se fundamenta en productos ibéricos, derivados del pato, quesos, carnes de la zona y también pescados variados.
Pedimos una ensalada de endibias con salmón y roquefort bastante buena, unas habitas fritas con foie y jamón ibérico que estaban deliciosas, dos merluzas a la plancha (muy frescas) y un entrecot de ternera que nos pareció que estaba un poco tieso.
De postre, un sorbete de limón (porque no quedaba espuma de arroz con leche), un morito de chocolate y un cilindro de chocolate con espuma de limón (porque no quedaba la pirámide de chocolate rellena de mousse de naranja).
El sorbete no lo probé. El cilindro de chocolate con espuma de limón no estaba para tirar cohetes y el morito (una magdalena con chocolate fundido por dentro, según el camarero) se quedó en magdalena porque estaba pasada de horno y apenas apareció el chocolate fundido.
Para beber un Venta Mazarrón 2006 D.O. Tierras del vino de Zamora porque tampoco quedaba Juan Gil D.O. Jumilla.
El servicio fue lentísimo y la comida me dejó bastante desilusionado. Además, la cuenta subió a casi 45 euros por barba.
La carta de vino es muy amplia y variada pero también peca de cara. No es de extrañar que los vinos medios multipliquen su precio por dos (e incluso un poco más) pero es absurdo poner una botella de Pingus 2007 D.O. Ribera del Duero a 1200 Euros. Si alguien siente el deseo irrefrenable de pedir ese vino, que no sea tonto y que se vaya a El Capricho de Raquel y se lo podrá beber (exactamente el mismo vino de la misma añada) por 675 Euros. Y con el dinero que le sobra, se puede pagar el transporte, el alojamiento y la comida de un par de días.
No creo que me vuelvan a ver por este restaurante.
Aquí se abre el debate de si probar algo nuevo o repetir en un sitio con garantías. Ya me contaréis.

lunes, 20 de septiembre de 2010

El Deseo. Granada.


Aunque Granada incita a ir de bar en bar tomando tapas, tampoco es mal plan sentarse a comer tranquilamente en un restaurante.
Después de instalarnos en los apartamentos, nos fuimos a la cercana Plaza de la Romanilla donde se encuentra el restaurante El Deseo.
El restaurante está decorado de una forma bastante moderna y se divide en cuatro partes: la cocina (totalmente a la vista), la terraza en la misma plaza, la barra de entrada con unas pocas mesas y el comedor interior con zona de fumadores y no fumadores (bastante mal separada si se deja abierta la puerta que separa estos dos ambientes).
La comida que se puede degustar en este restaurante se basa en el encuentro de las cocinas italiana y granadina. Lo cierto es que en la carta se encuentran platos típicos italianos como la tagliata, el saltimboca, las pizzas o el carpaccio pero con un toque granadino en algunos de ellos.

La carta de vinos tiene una cantidad respetable de referencias tanto españolas como italianas. Además, cada vino viene descrito con un adjetivo que, con más o menos fortuna, define el carácter del mismo. Curiosa carta de vinos. Los precios no son caros. Por menos de 20 Euros se pueden degustar varios vinos muy buenos.
Para comer pedimos el "Deliro de tomate" (magnífico), la "templada de pulpo y patata" (estupenda), los "Huevos rotos con trufa y jamón ibérico" (muy ricos), el Cartuchito andaluz (simpático cartucho de papel con calamar muy tierno y verduritas fritas en tempura), el "Saltimboca de cordero" (muy sabroso y tierno con mucho gusto a romero) y una "Pizza a lo pobre" (riquísima con patata y salchicha). Las raciones son generosas.
Para beber, Beryna 2007 D.O. Alicante para hacer patria en copas Schott.

Luego pedimos tres postres muy buenos y abundantes donde destacó por su originalidad la morcilla de chocolate que regamos con un Pedro Ximénez cortesía de la casa.
Con las infusiones, cervezas de rigor y demás no llegó a 33 euros por cabeza. Espectacular.
Al día siguiente, por la noche, volvimos a cenar en la barra pero esta vez sin los niños que se quedaron en el apartamento con los abuelos.
Pedimos tres vinos (hay unos diez vinos por copas) que fueron acompañados por tres tapas (cartuchito de patatas con mahonesa, ensalada de pasta y platito de parmesano con mortadela y reducción de vinagre de Módena) y luego nos lanzamos con tres vinos más para acompañar uno de los mejores carpaccios de ternera que he probado y un espectacular tartar de atún con vino tinto. Maravilloso. Todo por 25 euros por cabeza. Un lujazo.
Si os pasáis por El Deseo, fijaros en las camareras (son mayoría) y en los camareros. Todos muy agraciados físicamente. ¿Casualidad?
Muy recomendable.


Apartamentos Las Nieves. Granada.


Desde hace ya algún tiempo, cuando salimos a visitar alguna ciudad, sobre todo para largas estancias, optamos por alojarnos en apartamentos en vez de en hoteles ya que realizar todas las comidas en bares o restaurantes puede llegar a ser bastante cargante (en kilos, también).
Además, suelen ser más cómodos a la hora de viajar con niños. Pueden estar durmiendo a horas razonables mientras en el salón te marcas un homenaje a precios de andar por casa.
Este fin de semana pasado nos fuimos a Granada y, aunque fue una visita de sólo dos días, nos alojamos en unos apartamentos.
Los apartamentos en cuestión se llaman Apartamentos turísticos Las Nieves. Se encuentran en una calle peatonal de la zona comercial del centro de Granada a menos de cinco minutos de la Catedral y de la Plaza Nueva. Vamos, que la situación es difícilmente mejorable.
A unos doscientos metros se encuentra un hotel de los mismos propietarios que también se llama Las Nieves.
En el edificio podemos encontrar ocho apartamentos para dos, tres o cuatro personas. Los apartamentos están muy bien. Son amplios, están limpios y equipados perfectamente (cocina completa, aire acondicionado, calefacción, cabinas de hidromasaje en algunas habitaciones...).
La decoración es moderna y en ellos no falta de nada.
Tienen aparcamiento subterráneo (15 euros/noche) al que se accede mediante un ascensor para vehículos.
Al hacer la reserva nos avisaron de que cuando estuviéramos a punto de llegar (se accede muy rápidamente desde la autovía) llamáramos al hotel para que se acercara alguien con el fin de poder acceder al ascensor. La entrada es un poco complicada pero con paciencia y sin ponerse nervioso se introduce el coche en el ascensor sin muchos problemas. Además, la persona que vino a ayudarnos a entrar al ascensor y a conducirnos a nuestro apartamento fue en todo momento encantadora.
Los precios están en la línea (e incluso más baratos) de un hotel de cuatro estrellas del centro de Granada.
Repetiremos cuando volvamos a Granada. Muy recomendables.

martes, 31 de agosto de 2010

Harina. Madrid.


Hace tiempo que en Madrid están surgiendo diversos establecimientos dedicados al pan de calidad (e incluso de lujo). Son locales donde se elaboran muchas variedades de tan fundamental alimento con técnicas tradicionales tales como el uso de masa madre.
Uno de estos lugares es Harina. Se encuentra en lugar inmejorable junto al Retiro. Exactamente frente a la Puerta de Alcalá (Plaza de la Independencia).
En este local de decoración moderna donde el blanco es el color por excelencia, se puede comprar una gran cantidad de panes excepcionales y una bollería exquisita.
También sirven muy buen café, zumos naturales, magnífica bollería, tartas, sandwiches y ensaladas variadas para comer de forma rápida.
Los precios van acorde con la calidad de los productos que allí se sirven y la ubicación del propio local. No es un sitio barato pero tampoco es especialmente caro.
Os recomiendo este caprichito antes de dar una vuelta por el Retiro.

Miyama y Mayte Martín. Madrid.


Maravillosa noche la que vivimos el pasado día 20 de agosto en Madrid. Después de la suspensión del concierto que Paco de Lucía tenía que dar en Alicante el día 21 de agosto, encontramos una perfecta alternativa en los Jardines de Sabatini del Palacio Real de Madrid con Mayte Martín y su disco "Al cantar a Manuel" de poemas del malagueño Manuel Alcántara. Una delicia.
Teníamos poco más de una hora para cenar algo y decidimos ser infieles a nuestro querido restaurante japonés Naomi. La infidelidad se consumó en otro japonés al que hacía tiempo que no íbamos a cenar y que por cercanía al escenario del concierto nos venía mucho mejor.
El japonés en en cuestión se hace llamar Miyama. Muy céntrico, junto a Gran Vía (hay otro en la Castellana).
Entramos a las ocho y media en punto y nos dijeron que todas las mesas estaban reservadas esa noche pero que podíamos pasar al sushi bar (que era precisamente lo que nosotros queríamos).
Este restaurante tiene bien poco que ver con el ya citado Naomi (del que somos fervientes seguidores). La decoración es mucho más moderna y acorde con la imagen (no sé si equivocada) de lo que creemos que debe ser un restaurante japonés.
No es muy grande (unas diez o doce mesas) y una barra donde además de comer puedes ver como los cocineros preparan todos los platos. Un auténtico espectáculo ver cómo manejan los cuchillos.
Para lo ocasión pedimos un tartar de salmón, cuatro piezas por cabeza de niguiri de salmón, dos de ventresca de atún (toro, en japonés), dos de langostino, y dos de lubina. Para beber, una Asahi y una Kirin para cada uno.
Tanto el tartar como los niguiris, extraordinarios. Fantásticos.
Al final, el tartar, las 20 piezas de niguiri y las cuatro cervezas por unos 75 Euros.
No es barato pero si te gusta este tipo de comida, merece la pena el homenaje.
Muy recomendable la visita para los amantes de la comida japonesa tanto en su versión clásica como en su versión moderna y fusionada con la cocina española. Echadle un vistazo a la carta y encontraréis platos muy curiosos.


lunes, 9 de agosto de 2010

Nueva visita a El Capricho de Raquel.



El viernes pasado volvimos a El Capricho de Raquel con la intención de darnos un homenaje.
Para ello pedimos un tomate trinchado con anchoas Lolín, un pulpo a la gallega, un foie con mermelada y de platos individuales, dos ternascos asados al estilo de Aragón, un solomillo de ternera y una lubina a la espalda.
El tomate y las anchoas, muy ricos. El pulpo, en su punto y extraordinario de sabor. El foie, finísimo.
En cuanto a los platos, los ternascos estaban perfectamente asados. La carne se desprendía del hueso con facilidad y estaba muy jugosa. El solomillo de ternera, en su punto justo, era mantequilla pura y la lubina estaba fresquísima y sabrosa.
Todo esto lo regamos con las cervecitas de rigor, una botella de Casa Balaguer 2006 D.O. Alicante (15 Euros) y un Casa Castillo Monastrell 2007 D.O. Jumilla (13 Euros).
De postre compartimos un brownie con chocolate caliente, una tarta de dos chocolates y un arroz con leche. Los postres los degustamos, por sugerencia de Sergio, con un vino dulce maravilloso que no había probado nunca: Pago de Cirsus moscatel 2006 vendimia tardía D.O Navarra (20 Euros, en tienda 18,50).
Si tenéis la ocasión de probarlo comprobaréis como tiene un gran parecido con el Tokaji húngaro, sobre todo en ese punto ácido del final que recuerda a la piel de la naranja. Final larguísimo. Buenísimo.
Para la traca final, un vodka con tónica de Stolichnaya Elit y un gin-tonic de G'Vine Floraison.
Todo este homenaje con estos maravillosos vinos por 46 Euros por cabeza. Irresistible.

La Terrazza Italiana. Arenales del Sol. Elche.


Han abierto, supongo que sólo para la época estival, en los Arenales del Sol un restaurante italiano que visitamosmos la semana pasada.
Se encuentra frente al antiguo hotel y está regentado por italianos. En este restaurante se pueden probar multitud de pastas, risottos, pizzas, carnes y pescados.
Nosotros nos decantamos por un carppaccio de salmón, un risotto de setas y una pizza para cada uno.
En el carpaccio de salmón hubo división de opiniones. Mientras a las mujeres les gustó mucho, a los hombres nos pareció excesivo el limón con el que el pescado estaba marinado.
También compartimos un risotto de setas que nos pareció buenísimo a todos. Finalmente, pedimos una pizza cada uno que también acabamos compartiendo.
Las pizzas no son grandes pero son finas y están francament buenas.
Para beber, nos llevamos la sorpresa de que los vinos que tienen son todos italianos. Pedimos un Chianti (Colli Senesi, 21 Euros) que no acabó de matarnos y un vino de Sicilia (Piccini, 16 Euros) que nos gustó bastante más.
De postre, un tiramisú auténtico muy bueno.
Al final salimos por unos 30 Euros por persona (incluyendo pizza para los niños). Muy recomendable.

miércoles, 28 de julio de 2010

Blue Ribbon.


Os traigo una ginebra que compramos en una tienda de delicatessen que hay a la salida de Zahara de los Atunes (dirección Atlanterra).
El nombre de la tienda no lo recuerdo (La "no sé qué"). El de la ginebra es Blue Ribbon.
Es francesa y su etiqueta destaca los aromas a tomillo, enebro y pimienta de Jamaica.
Nos decidimos a comprar ésta porque la otra que había en la tienda (London Dry Gin) ya la habíamos probado. Y es que en esta casa somos mucho de probar.
Menos mal que elegimos la Blue Ribbon. Qué maravilla de ginebra! Es aromática pero sin empalagar y sabe exactamente como huele. Se reconoce sólo con olerla. Es suave y perdura en la boca durante muchísimo tiempo.
Os la recomiendo. Debe rondar los 25 Euros, o menos, porque en Zahara nos costó 29.

El Capricho de Raquel. Urbanova. Alicante.

El viernes por la noche, camino de Arenales, Gloria vio el cartel de "El Capricho de Raquel" y eso nos hizo recordar que teníamos pendiente una visita a este restaurante.
Se encuentra en Urbanova, muy cerquita de Alicante.
El local no da exactamente al paseo. Se accede desde él pero está mirando hacia atrás. De todas formas, está a 20 segundos de la playa.
La decoración es moderna, tiene mucha luz y es muy agradable. Tiene mesas en el exterior, bajo un toldo, y también en el interior. Nosotros elegimos sentarnos dentro por el tema del aire acondicionado.
En El Capricho de Raquel se elabora una cocina de mercado típica de la zona: calamar de potera, sardina, boquerón, sepia, quisquilla, gamba roja, lubina... También hay carnes (y muy recomendables).
Pedimos un tomate trinchado con anchoas Lolín (buenísimos los tomates y espectaculares las anchoas), una sepia a la plancha (fresquísima), lubina a la espalda y entrecot de ternera.
La lubina en su punto. Magnífica.
El entrecot, como a mí me gusta: muy poco hecho. Hacía tiempo que no me servían la carne al punto que la suelo pedir. Sabrosísimo y muy tierno.


El servicio, tanto de la comida como de la bebida, impecable. Muy agradable.
Para beber decidimos (siguiendo con nuestra cruzada a favor de los vinos blancos) pedir un cava y nos dejamos aconsejar por Sergio (el sumiller que conduce perfectamente una bodega de infarto). Al final elegimos un Privat Opus Evolutium D.O. Cava. Excelente elección. Buenísimo. Probablemente, el mejor cava que hayamos probado hasta la fecha. Equilibrado, persistente. Maravilloso. Botella preciosa.


La bodega que tiene Sergio en su restaurante es impresionante. Es una pequeña habitación de cristal donde tiene todas las botellas a una temperatura perfecta. Sólo tienes que levantarte, entrar a la bodega, elegir el vino (todas las botellas llevan marcadas el precio) y sentarse a degustar. Y si lo prefieres, déjate llevar. Le comentas tus preferencias al sumiller, el presupuesto y a gozar .
En "El Capricho de Raquel", los amantes del vino van a disfrutar muchísimo ya que los precios son los más ajustados que haya visto jamás en un restaurante.
Para que os hagáis un idea, aquí os dejo los precios de algunos vinos para que los comparéis con lo que os cuestan en vuestra tienda habitual: Beryna, 12 euros (entre 8 y 11 en tienda); Casa Balaguer, 15 euros (entre 11 y 14); Clío, 30 Euros (entre 29 y 37); Privat Opus Evolutium, 25 euros (entre 21 y 23). Increíble. Y con copas Spiegelau.
De postre pedimos una cuajada casera y un brownie con chocolate caliente. Los regamos con un Oporto cortesía de la casa. Maldición! Me parece que voy a empezar a pegarle al Oporto.
Como fin de fiesta, un vodka con tónica (vod-tonic, si se me permite el palabro) preparado magistralmente con vodka Ciroc, una mezcla de tónicas (Fentiman's y Schweppes) y frutas escarchadas. ¡Madre mía, qué cosa más rica!


Todo por unos 50 Euros por barba.
Muy recomendable. Loquito estoy por volver.



viernes, 23 de julio de 2010

Hotel Alcadima. Lanjarón. Granada.


De vuelta a Alicante hicimos una parada, más o menos a medio camino. Nos habían hablado muy bien de un hotel que se llama Alcadima. Es un hotel rural de 3 estrellas que se encuentra en el casco urbano del pueblo y que al mismo tiempo tiene un restaurante tanto para huéspedes como para la gente que no está alojada en el hotel. Tiene aparcamiento cubierto (10 Euros día) y spa.
Nosotros nos metimos en una habitación familiar. Es una especie de apartamento con dos habitaciones, un mini salón donde está la tele, una nevera pequeñita, un calentador de agua para hacer algún café o infusión y un pequeño baño con su plato de ducha con mampara. También tiene una pequeña terraza que da a la piscina con una mesa, dos sillas y un tendedero.
La habitación no es para tirar cohetes. Los muebles (provenzales) y la decoración están un poco desfasados pero está limpio y se puede estar en ella sin ningún tipo de problema. Lo que realmente es una pasada de este lugar es el jardín que bordea la piscina. Está lleno de árboles y plantas y por donde andes, siempre oirás el ruido de alguna fuentecilla, alberca o acequia.
Tiene un montón de deliciosos rincones con sillas y mesas donde sentarse a leer o tomarse una copa mientras oyes el ruidillo del agua.
El restaurante, en verano, tiene mesas en el jardín bajo una pérgola de madera. La comida es muy buena y a unos precios muy razonables. Las raciones son abundantes y están bien elaboradas.
En los dos días que estuvimos pedimos: croquetas caseras (muy sabrosas), escalope de pollo para los niños, rollitos de lechuga con queso, anchoas y vinagreta de miel de Lanjarón (muy buen plato), berenjena con queso de cabra al horno (buenísimo también), jarrete de cordero confitado con tomillo (se deshacia con el tenedor) y boletus salteados con foie. De postres, crema de almendras, flan y tiramisú casero muy rico.
En cuanto a vinos, tienen unas 30 referencias de vinos de la zona y de las principales denominaciones de origen españolas. Los sirven en buenas copas y a su temperatura adecuada.
Muy recomendable.

La Jábega. Zahara de los Atunes.


La Jábega es un arte de pesca y de ahí pilla el nombre este restaurante. Se encuentra en la Calle Tomillo (a las espaldas del Hotel Gran Sol) aunque también tiene acceso desde la playa.
Es un sitio que ya conocíamos de años pasados y que nos gusta porque además de los típicos platos que se pueden tomar en casi todos los bares de Zahara, siempre tienen algún plato novedoso que desentona un poco con lo que suele ser habitual.
Esta vez pedimos calamares fritos (buenísimos y abundantísimos), tortillitas de camarones, leguados fritos para los niños (fresquísimos), berenjenas con atún y salmorejo y, para acabar, atún confitado sobre piriñaca de Cádiz y ajoblanco (plato no caliente, muy bueno).
Para beber, otra vez Enate 234 Chardonnay D.O. Somontano(por 13 ó 14 Euros, buenísimo).
De postre, preguntar por los caseros. Recomiendo el flan de leche condensada.
Todo este festival con las cervecitas de rigor, no llegó a los 90 Euros. Y de paso, cambias un poco de platos.
Muy recomendable.

Antonio. Zahara de los Atunes.

Antonio es el restaurante mejor puesto de toda la localidad y lo notaréis tanto en el servicio como en el precio.
El restaurante se encuentra en el hotel del mismo nombre (justo nada más acabar el pueblo dirección a Atlanterra, junto al cuartel de la Guardia Civil). Hay dos hoteles Antonio: el de 4 estrellas y el de 2. El restaurante se encuentra en los bajos del de 2 estrellas.
Cuando entras, te das cuenta que el local está muy bien puesto y puedes ver la típica vitrina de fotos del dueño con los famosos que allí han ido a comer.
Para comer pedimos un salmorejo (que era más bien un gazpacho espeso y cargadito en exceso de vinagre), un entrecot con patatas para los niños (buenísimo), un tartar de atún (muy rico aunque yo le habría dado algo más de sabor), una ventresca de atún (alucinante) y un trozo de rodaballo salvaje (no menos alucinante). Los pescados eran fresquísimos aunque nos pareció que ambos estaban algo pasados de punto. Para beber, Gran Viña Sol D.O. Penedés ya que no les quedaba Pirineos D.O. Somontano.
De postre, coulant de chocolate con helado de vainilla (bastante rico), sorberte de limón y helado Häagen Dazs. Como vino de postre una copita de San Emilio PX D.O. Jerez.
La comida y el sitio están muy bien pero la comida se disparó a los 135 Euros. Me parece un sitio caro. En Zahara se puede comer igual de bien o mejor por mucho menos dinero si no te importa beber en copas que no sean Schott y que las servilletas sean de papel. Si pagas ese dinero es para que el salmorejo sepa a salmorejo, y los puntos de los pescados sean perfectos.
Otra cosa a destacar es que el restaurante es, al mismo tiempo, comedor del hotel y se da la paradoja de que en la mesa de al lado se te puede sentar la gente a comer en bikini (literalmente) o en bañador recien salidos de la piscina.
Me parece que habría que cuidar más estos detalles.
Difícilmente volveremos.

Alsocaire. Zahara de los Atunes.


Para ser estrictos, este restaurante está en Atlanterra, a unos dos kilómetros de Zahara de los Atunes. Justo cuando llegas a los bloques de apartamentos, junto a una Pizzería que se llama Mamma Mía.
Es uno de los restaurantes que teníamos debajo de casa y donde bajamos a ver la semifinal con Alemania y la final con Holanda.
En este sitio hemos comido unas tres veces y he de decir que con gran fortuna ya que todo lo que hemos comido estaba excelente: las tortillitas de camarones (yo creo que son de las congeladas pero están muy buenas), la fritura variada, el cazón en adobo, la presa ibérica, el morrillo de atún (aquí es donde cuesta 15,50), el salmorejo y la brocheta de cerdo ibérico (muy buena de sabor aunque no muy jugosa). La guarnición suelen ser unas patatas al horno impresionantes.
Es un sitio donde se come todo lo que se puede comer en casi todos los bares de Zahara y a precios algo más baratos.

El vino blanco en verano.


Con los calores del verano, parece indiscutible que el vino tinto apetece menos y la cerveza se convierte en la reina indiscutible.
Os propongo que abráis vuestras mentes y os lancéis como locos a beber vino blanco. Está claro que hay platos que piden a gritos un vino tinto. En ese caso, seguid con vuestro vino tinto. Me refiero a esos platos que pedís con vino tinto sólo por el hecho de que (pensáis que) no os gusta el vino blanco. Estoy hablando de pescados y arroces, fundamentalmente.
Yo he sido de los que el vino blanco no lo pedía ni muerto. De los que decía que el mejor blanco es un tinto.
Pero a base de probar, he descubierto que el vino blanco es una excelente opción para acompañar las comidas veraniegas y no tan veraniegas.
En verano, el vino blanco tiene numerosas ventajas con respecto a la cerveza y al vino tinto especialmente.
Respecto a la cerveza, hincha menos. Respecto al vino tinto, refresca más, suele ser más barato, normalmente acompaña mejor los platos típicos del verano y casi siempre te lo sirven a temperatura adecuada. Pienso que sólo esta última razón es definitiva.
Un vino blanco siempre te lo sirven directo de la nevera y con su cubito con agua y hielo (y si no, lo pides). A nadie en su sano juicio se le ocurriría aparecer con una botella de vino blanco del tiempo a menos que quiera ser agredido con la misma.
Lo de la botella de tinto del tiempo, seguro que os ha ocurrido más de una vez. Además, cuando la suelen traer, ya es tarde para enfriarlo en cubitera ya que van a pasar, en el mejor de los casos, unos quince minutos hasta que pille la temperatura adecuada.
Entonces tienes dos opciones: aguantar con el plato delante de tu cara hasta que el vino esté a su temperatura óptima (con lo cual comerás el plato helado) o tomarte las dos primeras copas ardiendo (con la pérdida de placer, por no decir sufrimiento, que eso conlleva) hasta que la tercera copa ya esté a punto. Justo cuando ya no te queda comida en el plato.
Entre los vinos blancos también quiero incluir, por supuesto, a los cavas. Que los hay, y muy buenos. E incluso algunos rosados.
Aquí os enumero algunos de los blancos que hemos probado este verano y que son muy, muy recomendables: Damana verdejo D.O. Rueda, Paso a paso verdejo D.O. La Mancha, Enate 234 Chardonnay D.O. Somontano, Viña Sol D.O. Penedés, Gran Viña Sol D.O. Penedés, Valtea D.O. Rias Baixas, Gramona Imperial D.O. Cava, Brut Barroco Freixenet D.O. Cava, Avanthia Godello, D.O. Valdeorras, Finca La Colina Verdejo Cien x Cien D.O. Rueda y alguno más que se me escapa. Mis favoritos son (por este orden) el Avanthia, el Finca La Colina y el Gramona Imperial. Sólo el Avanthia y el Gramona llegan a 15 Euros. El resto, ninguno llega a 10.

El mundo del atún en Cádiz.

Por toda la zona desde Tarifa hacia el Norte, en especial en Zahara de los Atunes y Barbate, el tema del atún es casi una religión. Las formas de cocinarlo son infinitas.
Durante siglos se ha pescado el atún rojo mediante el arte de la almadraba y así se sigue haciendo a día de hoy.
Cada vez, la cosa se está poniendo peor por el consumo excesivo de este pescado (especialmente por parte de los japoneses) pero ahí siguen pescándolo.
Fuera de esta zona sólo conocemos lo que es el lomo de atún y, si tienes suerte, puedes encontrar la ventresca.
Pero cuando llegas a Zahara te das cuenta de que en los bares te ofrecen muchas más partes del atún que a los forasteros del lugar nos suenan a chino (a japonés sería más adecuado en este caso). Las partes fundamentales del atún son el lomo, la ventresca o barriga, el morrillo, el mormo, el contramormo, el tarantelo, la hueva y la cola.
Las partes más preciadas son el morrillo y la ventresca o barriga. Luego vendrían el mormo, contramormo, tarantelo, lomo y cola.
Como veis, lo que nos llega a nosotros no es, precisamente, la parte más rica del atún.
Todos habréis probado un lomo estupendo. Pues imaginad cómo estaría el morrillo o la barriga de ese atún.
En mis paseos por los mercados de la zona, veo que el lomo de atún y la cola para guisar los puedes encontrar todos los días. La ventresca, los fines de semana. El resto, nunca. Nunca porque los restaurantes lo compran todo y el pobre mortal casi nunca tiene acceso a esas partes del atún.
Y luego están los japoneses. Como me decía una de las pescaderas de un puesto del mercado de Zahara: "Quillo, la cosa del atún está mu escuchimisá. Antes los japoneses dejaban las cabezas. Ahora, hasta las cabezas se llevan".
Pues eso, que si podéis, probad todas esas partes del atún que son desconocidas fuera de esta zona.
El morrillo ronda, en los restaurantes, los 20Euros aunque lo hemos visto a 15,50 y a 24. Luego os diré dónde. La ventresca, por el estilo.

La Almadrabeta. Zahara de los Atunes.


La Almadrabeta es el nombre que recibe el restaurante de los Hoteles Almadraba y Almadrabeta. No tiene pérdida.
Dispone de una terraza interior muy agradable pero ese día elegimos un salón interior con aire acondicionado ya que hacía bastante calor.
No acabo de entender a esa gente que prefiere comer en una terraza pasando calor, sólo por el hecho de ser verano, pudiendo estar en el interior con aire acondicionado. Allá cada uno.
El restaurante es de lo más fino del lugar. Con sus servilletas de tela y todo eso. Pedimos un gazpacho, unas tortillitas de camarones con algas y huevas, lomo de atún para los niños y una ventresca de atún para los adultos.
Excelente todo.
Nos llamaron la atención las tortillas de camarones con algas y huevas. El tema de la tortilla de camarón es todo un mundo. Si alguien no las ha probado nunca, que no se piense que son tortillas francesas con camarones diminutos.
Son unas tortillas (o tortillitas o tortitas) que se elaboran, a grandes rasgos, con camarones, harina de garbanzo, harina de trigo, cebolla y perejil picado, sal y agua. Se hace un masa con todo esto y luego se fríe en abundante aceite de oliva.
Dando una vuelta por los bares de la provincia de Cádiz (y de alguna que otra provincia no tan lejana) , te das cuenta que las tortillitas de camarones se parecen demasiado entre ellas. Vamos, que son congeladas.
Sí es cierto que en algunos lugares, tienen un aspecto diferente y debe de ser porque son caseras. Con esto no quiero decir que éstas siempre sean mejores que las congeladas ya que recuerdo ciertas tortillitas caseras (como presumía el camarero) que no estaban mejor, precisamente, que las congeladas.
Si tuviera que elegir las mejores tortillitas de camarones del mundo, sin duda diría que las de Casa Balbino en Sanlúcar de Barrameda. Son simplemente espectaculares. Hay que hacer cola, ya que la demanda es grande, y puedo garantizar que te las hacen al momento.
Volviendo a las tortillas de camarones del La Almadrabeta, estoy convencido al 100% de que son caseras ya que no he visto esa mezcla con algas y huevas en ningún otro sitio del mundo. Están buenísimas.
De postre tomamos sandía y brownie de chocolate y bebimos una botella de Enate 234 Chardonnay D.O. Somontano buenísimo.
De precio, alrededor de 75 Euros.
Muy recomendable.

Zahara de los Atunes. Cádiz.


Quinto año veraneando en las playas de Cádiz y cuarto en Zahara de los Atunes. Siempre habíamos ido en septiembre u octubre pero este año elegimos la primera quincena de julio.
Zahara de los Atunes es una pequeña pedanía de Barbate. Se encuentra a 10 kilómetros al sur de Barbate y a unos 40 al norte de Tarifa
La población de esta localidad es de unos 1.300 habitantes aunque en la época estival supera con creces los 40.000 habitantes. Sí, sí. No habéis leído mal: 40.000.
Recuerdo que la primera vez que fuimos nos llamó la atención que hubiera un fuerte movimiento por la segregación del municipio de Barbate.. Y con el tiempo, cada vez me extraña menos.
Zahara está exactamente igual que el primer año en que aparecimos por allí. Perdón. Igual no. Está bastante peor porque las calles están llenas de baches, los bordillos destrozados, la limpieza deja mucho que desear....
La impresión que me llevo es que la gente de Zahara está hartita de hacer dinero y que no se vea reflejado en su pueblo. Porque el dineral que entra en Zahara en verano es increíble. No he visto más bares por metro cuadrado en mi vida (y siempre llenos). No exagero si digo que hay más de cien bares y restaurantes. Y es que 40.000 personas en un pueblo de poco más de 1300 dejan muchísimo dinero.
Este mogollón de gente que veranea en Zahara también genera sus problemas. Por ejemplo, el tema del aparcamiento es durísimo.
Y al Ayuntamiento de Barbate sólo se le ocurre la genial idea de plantar zona azul en todo el pueblo de Zahara desde (ojito con el horario) las 8 de la mañana hasta las 12 de la noche. Y sin tarjeta de residente, claro. El encabronamiento que llevaba toda le gente del pueblo era de escándalo.
Al final, entre manifestaciones, juzgados y demás, los parquímetros que tenían que empezar a funcionar el 1 de junio, han quedado precintados hasta nueva orden. Qué cara más dura!
Y lo mejor de todo esto es que te vas a Barbate (uno de los pueblos con el casco urbano menos agraciado que he visto en mi vida) y puedes comprobar que no hay ni un solo metro de zona azul en todo el pueblo. Claro, la gente de Zahara entra en cólera cuando ve que de su querido pueblo sólo ven salír el dinero pero nunca lo ven entrar.
Y el que esté leyendo esto se preguntará: entonces ¿qué tiene Zahara de los Atunes para que este tío (y 40.000 tios más) vaya para allá todos los años?
Voy a ver si lo puedo explicar. En primer lugar, la kilométrica playa Zahara; luego, las playas de las cercanías (Atlanterra, los alemanes, Bolonia, los Caños de Meca, Trafalgar...); en tercer lugar el clima. En Zahara, es muy raro tener un día de calor como los que hay en Alicante casi todos los días de verano.
Por las noches (a eso de las diez de la noche), en este mes de julio, las temperaturas rondaban los 23 ó 24 grados de temperatura (todo un lujo).
También es cierto que como al viento le dé por soplar, despidete de la playa porque puedes morir acribillado por la arena.
Otra cosa que me encanta de Zahara es que nunca he salido de un bar o de un restaurante diciendo que he comido mal. Siempre he comido bien o (la mayoría de las veces) muy bien.
Y por último, el ambientillo del lugar me encanta.
Es cierto que me gustaba más en septiembre u octubre. La primera quincena de julio ha sido también muy tranquila pero el 16 de julio (nos quedamos hasta el 19), me dio la impresión de que llegaron 20.000 personas de golpe. Menudo cambio!
Este año hemos vuelto a alquilar un apartamento en Atlanterra. Atlanterra es una urbanización que pertenece a Tarifa pero a la que sólo se puede acceder desde Zahara. Está a 2 kilómetros de Zahara y a unos 40 de Tarifa.
Se divide en dos partes claramente diferenciadas. La primera y más cercana a Zahara está formada por bloques de apartamentos de 4 alturas con piscinas y muchas zonas verdes. La otra parte, la más alejada de Zahara (a partir del Meliá Atlanterra) es donde empiezan los chalets más alucinates y exclusivos que te puedes tirar a la cara con unas vistas de ensueño desde donde se puede divisar Marruecos si la bruma no lo impide. Esta zona de Atlanterra es uno de los sitios donde me compraría una casa si me tocara la Primitiva.
Supongo que ya habréis adivinado en qué zona nos alojábamos nosotros.
Para quince días, la mejor opción es un apartamento donde puedas cocinar ya que 15 días desayunando, comiendo y cenando fuera de casa pueden ser muy duros.
Nosotros íbamos a los supermercados de Zahara (carísimos y escasos en número y variedad) o a los de Barbate a comprar los alimentos no frescos. Y los alimentos frescos (pescados, mariscos, frutas, carnes) los compraba en el diminuto mercado de abastos de Zahara. Pillaba la Brompton y para allá me iba.
Lugares para visitar en las cercanías: Tarifa, una vuelta por Atlanterra para salir con los dientes muy largos, la playa de Zahara, la de los alemanes, la de los Caños de Meca, Punta Paloma y Valdevaqueros un día con mucho viento para ver cientos de kite surf, la playa de Bolonia con sus ruinas romanas, un atardecer en el faro de Trafalgar y una visita a Vejer de la Frontera.
Bueno, en breve os contaré los lugares a los que hay que ir a comer si algún día vais a Zahara.


jueves, 22 de julio de 2010

Hotel Mérida Palace. Mérida.

El Mérida Palace es el único hotel de 5 estrellas de Mérida. No nos alojamos allí pero sí que cenamos en él ya que la carta nos gustó, no era caro y el aire acondicionado funcionaba a las mil maravillas para salvarnos de los 39 grados que aún había a las diez de la noche.
El hotel es precioso y merece la pena una visita. Está en la plaza principal de Mérida y ocupa un antiguo palacio.
Nos sentamos a cenar y pedimos unos lingotes de salmón ahumado sobre tostas de pan, un gazpacho extremeño, un secreto ibérico y dos tortillas francesas para los niños. Muy bien. De postre, una tarta de queso y chocolate bastante seca y triste. Para beber, un vino extremeño que se llama Taryala 2004 que me sorprendió gratamente aunque a mí me gustan los vinos algo más potentes.
Todo por 74€. Recomendable por la comida y por el sitio.

Hotel Tryp Medea. Mérida.

Para no hacer el trayecto Salamanca- Zahara de los atunes del tirón, decidimos hacer noche en Merida que está, más o menos, a la misma distancia de estas dos localidades.
Nos alojamos en este hotel porque era el único que tenía habitaciones donde podíamos dormir cuatro personas en la misma habitación.
El Hotel Tryp Medea está a unos dos kilómetros del centro junto a un complejo comercial. En coche no se tarda casi nada en llegar al casco histórico pero tiene el inconveniente de que hay que pillarlo y aparcarlo en alguno de los aparcamientos del centro.
Llegamos provenientes de Plasencia y descansamos un poco en el hotel ya que no apetecía mucho salir a la calle con los 39 grados de temperatura con que nos recibió la capital de Extremadura.
El hotel es de cuatro estrellas. Tiene piscina y aparcamiento y está bastante bien aunque la decoración, con motivos romanos, parece un poco pasadilla.
La próxima vez que vuelva a Mérida intentaré coger algo más céntrico aunque, como digo, el hotel está bien.

Café Español. Plasencia. Cáceres.


En nuestro camino desde Salamanca hasta Mérida, hicimos una paradita para comer en Plasencia. Es una pequeña ciudad pero que tiene una riqueza cultural y arquitectónica brutal. Merece la pena parar a darse una vuelta. Y si se tiene tiempo, hacer noche.
Nos sentamos en la Plaza Mayor en un bar que se llama Café Español. Menos mal que los soportales de la plaza daban sombra porque había 36 grados de temperatura. Esta elevada cifra no fue impedimento para que nos pidiéramos un plato de pluma ibérica que se deshacía en la boca, una ensaladita de lechugas con parmesano y crujiente de jamón, una torta del Casar gratinada con pimentón de la Vera y unas migas extremeñas con todo su huevo, tocino, chorizo y demás derivados del marrano. Casi palmamos. Todo tremendamente bueno y por 47€ con cervezas incluidas.
De camino al aparcamiento tuvimos que parar un par de veces porque creímos que nunca jamás saldríamos de esa ciudad con vida.
Muy recomendable si te pilla de paso o si haces noche en Plasencia.

El Globo y Taberna Dionisos. Salamanca.


Aquí os presento dos sitios estupendos de Salamanca donde ir a tomar algo antes de comer o cenar.
El primero de los sitios se llama El Globo. Es un pequeño bar donde hay infinidad de tapas que te sirven con tu cervecita. Además, las tapas que acompañan tu consumición están riquísimas y son muy abundantes.
También puedes pedir los montaditos especialidad de la casa basados en nuestro querido amigo, el cerdo. A saber: el Marianito, el Charrito y el Serranito.
Y los precios son muy baratos. Suele estar bastante concurrido. Imprescindible la visita.

El segundo lugar de Salamanca que os quiero recomendar es la Taberna Dionisos. Es un sitio donde además de raciones, sirven unas tostas estupendas. Hay gran variedad de ellas.
Lo que más me gustó de este sitio es que disponen de una buena cantidad de vinos para tomar por copas o por botellas a unos precios razonables y en muy buenas condiciones. Los vinos te los sirven a temperatura óptima y en copas adecuadas. En nuestro caso, tomamos un par de botellas de Elías Mora crianza 2006 D.O. Toro. Buenísimo. ¡Cómo me gustan los vinos de Toro!
Muy recomendable taberna. Además, en cinco minutos te plantas en El Globo.

Meliá Boutique Las Claras. Salamanca.

El Meliá Boutique Las Claras es un muy buen hotel de 4 estrellas situado a un paso de la zona monumental de Salamanca. Las habitaciones son amplias así como los baños.
La decoración, bastante clásica. Tiene aparcamiento en el sótano del mismo hotel.
La entrada fue bastante lenta porque sólo había una persona tras el mostrador y el cliente que había delante de nosotros no paraba de hacerle preguntas al recepcionista del hotel sobre sitios para ver, sitios para comer, etc
Cuando nos tocó el turno, el registro fue rápido y el trato del recepcionista muy correcto.
Muy recomendable ya que el hotel está muy bien y la situación es buenísima.

miércoles, 30 de junio de 2010

Nueva visita al Murri. Sant Vicent del Raspeig.

Espectacular retorno al Murri el que vivimos el sábado pasado para celebrar mi cumpleaños.
Empezamos por unas brevas con foie, ajoblanco y jamón ibérico impresionantes. Seguimos con unas anchoas de bota con guacamole y tomate confitado maravillosas y concluimos los entrantes con un salteado de pulpo con morcilla de arroz artesana y pil pil de ñora que casi nos hace llorar de lo bueno que estaba.
De plato fuerte un entrecot de Angus Beef (de unos 400g) que se cortaba sólo con enseñarle el cuchillo acompañada de unas patatas en láminas y una salsa de maracuyá. Lástima que la carne vino al punto cuando la pedimos menos del punto.
Para regar tan suculentos manjares, Santa Rosa Reserva 2004 D.O. Alicante. Me encanta, sobre todo cuando lleva un rato abierto.
De postres, volcán de chocolate y helado de té de roca y mojito versión postre. El volcán es de los mejores que he probado. Por eso lleva en la carta desde que abrieron el restaurante.
El mojito es un postre mucho más suave y refrescante donde te encuentras el ron en gelatina.
Para acompañar el postre, un Olivares de Bodegas Castaño D.O. Yecla muy contundente.
Como fin de fiesta, un gin tonic de una ginebra que no había probado nunca y que nos pareció exquisita: Martin Miller.
Todo por menos de 70 euros por cabeza. Cambiando el Santa Rosa por un Beryna, precindiendo del gin tonic y compartiendo un postre se puede salir por menos de 50 Euros.
Gran noche en un gran restaurante. El que no hay ido nunca el Murri, no sabe lo que se está perdiendo.

Resumen de Hogueras


Acabaron ya las Hogueras y pocas novedades gastronómicas hemos vivido.
Empezamos el día 20 comiendo en el Koki. Es un bar de los de toda la vida que se encuentra en el Barrio (junto al claustro de la Concatedral de San Nicolás) y donde te sirven picoteo típico: bravas, pulpo, calamares, verduras a la plancha, montaditos.... Está todo bastante bueno y el precio es más que razonable.
Al día siguiente montamos comida en el Corsario donde tomamos unas ensaladas, la Sagrada ensaladilla rusa y arroz de pollo y conejo. Estupendos los arroces.
Un día más tarde, el 22, fui a comer a la aventura con unos antiguos compañeros de trabajo a un bar de la calle Castaños que se llama Casa Gilda. Bastante lamentable. Casi nada de lo que sacaron estaba bueno y el servicio no se carecterizó por la rapidez. Y eso que no habría ni dos mesas más comiendo. Intentaré no volver.
El día 23 volvimos al Corsario donde esta vez pasamos del arroz y nos metimos en el picoteo típico de cuando vamos a comer allí. Es decir, pichas marinas, ensaladilla, calamar plancha, entrecot con ajos tiernos... Magnífico todo y en una calle muy tranquila y con sombrita.
El día 24 acabamos, como viene siendo tradición, en la barraca del Mosca y Mónica donde degustamos un marisco exquisito y una fideua de muy alto nivel. Y en cantidad.
Volveremos el año que viene (si nos invitan, claro).

miércoles, 16 de junio de 2010

Bodega Santa Cecilia. Madrid.

En mi última visita a Madrid me pasé, por fin, por la Bodega Santa Cecilia.
Es un lugar que los amantes del vino y la gastronomía no deben perderse. Es una bodega enorme que se encuentra en Blasco de Garay (Argüelles) y que tiene infinidad de vinos españoles y muchos extranjeros.
Además de vinos podréis encontrar todo tipo de licores, cervezas, aguas, productos gourmet...
Ya sé que las comparaciones son odiosas pero es imposible no pensar en Lavinia cuando se habla de macrobodegas de Madrid. Yo lo tengo claro.
En Santa Cecilia los precios son más ajustados. Si te haces socio (es gratis), te descuentan un 5% en tus compras de lunes a miércoles y un 2% en tus compras de jueves a sábado. Además, tienen aparcamiento propio en la misma tienda.
En favor de Lavinia, diré que hay más vinos extranjeros y que el local es más "fashion". No sólo por el local en sí, sino también por la zona en la que se encuentra.
Pero como a una bodega se va a comprar vino, yo me quedo con Santa Cecilia.
Ya estoy pensando en este próximo sábado en el que haré una visita a recargar mi vinoteca.

Valtosca 2007. D.O. Jumilla.


Hará unas dos semanas probé un vino al que le tenía bastantes ganas. Se trata de un vino de la D.O. Jumilla que se llama Valtosca Syrah 2007. Maravilloso. De los vinos que a mí me gustan. Es un vino que sabe a fruta madura, especiado, cremoso y con un final muy largo. Y con un precio estupendo. Alrededor de 13 Euros.
Me muero de ganas por probar el 2008 que, según dicen, es mejor.

martes, 15 de junio de 2010

Nueva visita a El Llaüt. Campello.


Hará unos diez días que volvimos a El Llaüt. Se confirma que el lugar está muy bien para picar. La oferta es amplia y la calidad incuestionable.
Las entradas muy buenas y el arroz con un punto perfecto. A éste, le eché en falta un poco de fondo aunque la nota final sobrepasa el aprobado con creces.
La carta de vinos se queda bastante corta. En este caso nos fuimos a por un blanco y sólo hay para elegir entre un vino de Alicante, un vino de Rueda y un albariño. Las copas que nos pusieron para el blanco fueron distintas y peores que las que nos pusieron para el tinto.
Servicio muy simpatico y atento.
Si os ofrecen un licor al final, no dudéis en pedir el de higos. Es casero y potentísimo.
Muy recomendable. Volveremos.

martes, 1 de junio de 2010

Lágrimas Negras. Valencia.

Dando una vuelta por los alrededores del hotel vimos el restaurante Lágrimas Negras que nos llamó la atención por su carta tanto de comida como de vinos.
Entramos pronto y no había casi nadie. Acabó lleno y con más gente que se tuvo que quedar en la calle.
El local está decorado en plan modernillo y el aire acondicionado iba a toda pastilla. Qué frío!
Pedimos anchoas de bota con salmorejo, pastelitos de pasta brick con morcilla, ensalada de queso de cabra y mermelada de tomate y solomillo con salsa de foie. Todo delicioso.
Para beber un Icono Cabernet Sauvignon 2007 D.O. Valencia servido estupendamente. Bodega destacable. En algunos vinos te indican la puntuacion en la Guía Peñín.
A 30 Euros por cabeza.
Muy recomendable.

Meliá Valencia.


Hotel situado a poquísimos metros de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Es muy moderno y con una decoración muy cuidada. Las habitaciones están muy bien. Son cómodas, con un baño amplio y hay wifi gratuito.
El desayuno muy completo y de calidad. Caro 17 euros por barba aunque con la tarjeta del programa Mas de Sol Meliá sólo se paga uno.
Frente al hotel hay un centro comercial muy grande quu se llama Aqua y un Corte Inglés.
Volvería a este hotel sin duda si tuviera que regresar a Valencia.

El Llaud. El Campello.


El Llaud es un restaurante que está en la carretera de Benimagrell casi llegando a las vías del tranvía en Muchavista. Tiene una decoración muy marinera como su propio nombre indica.
Mi hermana lo visita muchísimo y ese día que fuimos a visitarla, probamos ya que hacía tiempo que nos dijo que teníamos que ir.
Grata sorpresa.
Nos pedimos unas bravas caseras espectaculares. Muy curradas y buenísimas.
Luego una ensalada bastante fuera de lo normal (como casi todas as que sirven) también buenísima.
Luego pedimos un hojaldre de la yaya relleno de algo parecido a la ropa vieja que estaba mortal.
Y finalmente, arroz a banda con bastantes tropezones. Buenísimo de punto y de sabor aunque me dio la impresión de que llevaba romero (además, en exceso) con lo que se me hizo un poco extraña esta mezcla de pescado y romero.
De postre un strudel de manzana maravilloso y una espuma de turrón muy buena.
Todos los platos muy decorados y trabajados.
Para beber, Ceres 2006 D.O. Ribera del Duero servido a perfecta temperatura y en copas adecuadas.
No pagué yo pero viendo la carta, los precios me parecieron muy razonables y más si tenemos en cuenta que está a 50 metros de la playa.
Según me cuenta mi hermana, la rapidez a la hora de servir ha mejorado mucho ya que tengo entendido que hace algún tiempo era desesperante. Además, el servicio es muy atento y agradable.
Muy recomendable.

Nueva York IV


Ultimo día en Nueva York.
Para ese día nos dejamos la obligada visita al Empire State Building , un paseíto por Greenwich Village, el mercadillo del Soho y una vueltecilla por Little Italy y China Town que están juntas.
Nada más desayunar nos fuimos al Empire State Building. Subimos al mirador del piso 86. Hay otro en la 102 que es más pequeño, tiene más cola y es más caro.
El edificio me gustó mucho. Está lleno de conserjes con sus uniformes granates que te conducen hasta los ascensores a través de un laberinto de pasillos. Primero llegas hasta el piso 80 y de ahí se coge otro ascensor hasta la planta 86.
Yo pensaba que el ascensor iba a tirar a lo bestia hacia arriba pero la verdad es que no se nota nada. Va suave como la seda. Apenas una leve sensación en los oídos.
Una vez arriba, la vista es alucinante. No tuvimos muy buena suerte porque había bastante bruma pero con lo que vimos nos dimos por satisfechos.
Creo que es obligada la visita a este edificio.
En cuanto bajamos, taxi hacia Greenwich Village para dar un paseo por este barrio tan agradable. Nos tomamos dos cervezas por 18$ y a seguir paseando rumbo al Soho.

En el Soho montan un mercadillo los domingos por la mañana donde se puede comprar de todo un poco. También hay un montón de puestos de comida de bastantes nacionalidades distintas.
De allí nos fuimos a Little Italy. Me recordó mucho a la película de El Padrino porque las calles están casi igual y toda la gente de los restaurantes habla en italiano. La pinta de la comida, estupenda.
China Town linda con Little Italy y le está ganando terreno. La verdad es que lo de China Town me impactó bastante. Es muy grande y está lleno de chinos por todos los lados. Todos los carteles en chino y muy pocos (casi ninguno) en inglés.
Se ven unos productos en las tiendas de alimentación super extraños y pescados rarísimos en las pescaderías.


Comentar que creo que no he visto tanta mierda junta en mi vida. No compraría carne o pescado en este barrio ni muerto. Lo mismo digo de los restaurantes que vimos.
Después del shock, taxi y hacia el hotel para comer algo rápido.
A las cinco de la tarde venía un coche a llevarnos al aeropuerto para volar hacia Madrid.
El vuelo se movió bastante más que a la ida según me contaron. Un Trankimazin y dos
Valium después de la terrible cena hicieron que me despertara aterrizando en Madrid con un nefasto desayuno servido a bordo.
El vuelo de Madrid a Alicante fue todavía más divertido porque coincidió con una granizada espectacular que hizo que el avión pegara unos tumbos tremendos y una joven perdiera los papeles teniendo que aparecer una azafata para calmarla.
Al final, todos sanos y salvos y con ganas de volver a esta ciudad espectacular.
Personalmente creo que es de esos lugares que hay que visitar obligatoriamente.
Otro día haré una entrada sobre las cosas que más me llamaron la atención y alguns consejillos por si algún día os apetece cruzar el charco.

martes, 11 de mayo de 2010

Viaje a Nueva York III


Comenzamos nuestro tercer día en Nueva York desayunando tempranito y saliendo cortando hacia Grand Central Terminal. Es una estación de ferrocarril espectacular. Muy bonita.
Aprovechamos la visita para hacer unas fotos del, para mí, edificio más bonito de Nueva York. Me refiero al Chrysler Building.
Una vez hechas las fotos cogimos la 42 hasta legar a la 5ª avenida y subimos por ésta hasta encontrar la parada del autobús que nos llevaría a dar una vuelta por el uptown de Manhattan. No fue fácil porque las paradas habían variado por una carrera ciclista.
Este tour nos llevó por la zona al oeste de Central Park, zona sur de Harlem, zona este de Central Park (donde se encuentran los pricipales museos) para acabar en la 5ª con la 59.
Allí nos bajamos y entramos en la tienda de Apple para comprar el iPad. No quedaban. Bajonazo.
Ya me veía sin el tan ansiado trasto. Entramos en la tienda de juguetes FAO y bajamos al hotel pasando por la increíble tienda de fotografía B&H y comprando algunos regalos por el camino.
Menos mal que en el tour del uptown vimos otra tienda de Apple en Broadway y hacia allí nos fuimos antes de subir al crucero del Circle Line. Por suerte, había iPad del modelo que quería.
Luego, un perrito caliente en la calle y hacia el Circle Line.
El crucero en cuestión duró dos horas y nos pareció muy recomendable. Si se hace este crucero, no es necesario pillar el ferry de Staten Island para ver la estatua de la Libertad. Este barco pasa mucho más cerca.
El recorrido sale desde la 42 en el lado Oeste y llega hasta la 42 en el lado Este, justo donde se encuentran las Naciones Unidas. Una vez allí, vuelve hasta el punto inicial.
Cuando desembarcamos, otro buen paseo hasta el hotel y a prepararnos para la cena en el restaurante del Hotel Marriot de Times Square. Está en la planta 48 y es giratorio.
Al final, nos quedamos con las ganas porque no pudimos acceder al hotel por culpa del coche bomba que colocaron en Times Square y que afortunadamente no llegó a explotar.
Increíble el pollo que se montó.
Finalmente acabamos cenando en un brasileño en la calle 49. Era el típico brasileño donde primero tienes un buffet libre y después no paran de traerte carne hasta que no le das la vuelta a una tarjeta que cada comensal tiene sobre la mesa. Bastante bien. Precio fijo sin incluir postres ni bebidas.
De ahí, al hotel esquivando la zona cerrada por la amenaza de bomba. Se nos hicieron las dos de la mañana.
Otro día reventados.

viernes, 7 de mayo de 2010

Viaje a Nueva York II



A la mañana siguiente nos levantamos prontito y a las siete y media ya estábamos desayunando.
El desayuno era muy bueno e incluso había tortilla de patatas casera mejor que muchas de las que he probado en hoteles de España.
Salimos del hotel y allí nos abordó un tipo muy simpático que se llamaba Salami. Iba vestido con una cazadora amarilla muy llamativa. Trabajaba para una de las compañías que organizan tours por la ciudad.
Al final le compramos billete para un tour en autobús por el downtown, un tour por el uptown, un crucero alrededor de Manhattan en el Circle Line, la entrada al Empire State sin hacer colas, la entrada al Museo de la Ciudad y un par de cosas más por 75$ por cabeza.
Una vez comprada la ristra de billetes (que medía, sin exagerar, así como un metro y medio) tiramos 5ª avenida hacia el Norte. Nuestro hotel estaba en la 32 y llegamos hasta la 59, justo donde empieza Central Park y donde se encuentra la tienda de Apple de la 5ª Avenida.
De subida vimos el Empire State desde fuera, el Rockefeller Center, la biblioteca pública de la ciudad de Nueva York, la Catedral de San Patricio (curioso contraste entre tanto rascacielos) y una infinidad de tiendas de súper marcas y rascacielos espectaculares.

Cuando llegamos a la 59 entramos a la tienda de Apple (está abierta 24 horas al día todos los días del año) para probar el ansiado iPad y comprobar que hacerse con uno de ellos era cosa de vida o muerte aunque decidimos dejarlo para otro momento por no cargar con él durante todo el día. La tienda es alucinante.


Justo al lado se encuentra la espectacular tienda de juguetes F.A.O. Schwarz (donde el piano de la película Big de Tom Hanks) a la que no entramos porque abría a las diez y aún faltaban 10 minutos. Y en Nueva York, si sólo vas cuatro días, no puedes perder ni un minuto.
De bajada por la otra acera de la 5ª avenida paramos en una tienda que se llama Abercrombie & Fitch. Imprescindible la visita. Es una tienda de ropa de una tres o cuatro plantas en la que en la puerta te reciben los empleados (chicos y chicas veinteañeros, todos modelos) sin camiseta marcando tableta de chocolate.
Una vez dentro, la tienda está súper oscura (sólo hay luz apuntando a las estanterías donde está la ropa) y con la música a toda leche. Los dependientes están bailando todo el rato y se dejan la vida por ser ultra simpáticos. La verdad es que te entran ganas de pedir un gin-tonic.
Luego pasamos por la tienda de la NBA y por la de Gant para hacer alguna compra.
Con todo esto nos fuimos a pillar el autobús que daba la vuelta por el downtown de Manhattan.
Bajamos por la 5ª avenida, pasamos por el edificio Flatiron y luego giramos hacia Greenwich Village.
Callejeamos un rato por este tranquilísimo y coqueto barrio y luego fuimos al SOHO hasta llegar a la zona del World Trade Center donde dejamos el autobús para reunirnos con el resto del grupo en la zona de Battery Park. Exactamente en un restaurante que se llama PJ Clark's en la World Financial Center Plaza. Allí comimos una hamburguesas muy buenas y unas ensaladas y después de una breve sobremesa nos fuimos dando un muy agradable paseo hasta coger el ferry que va hacia Staten Island para ver de cerca la Estatua de la Libertad. Este ferry es gratis (creo que es lo único gratis en este país) . No te deja ni en la Isla de la Libertad ni en la de Ellis (para ello hay otros barcos que sí se pagan) pero la estatua se ve perfectamente desde este ferry.
Nada más llegar a Staten Island, cogimos el ferry que salía inmediatamente de vuelta hacia Manhattan. Cada trayecto, unos 25 minutos, mas o menos.
Una vez atracó el barco en Manhattan, subimos caminando por la zona de Wall Street, paramos en los grandes almacenes Century 21 a comprar alguna cosilla y después pateamos hasta el hotel atravesando el SOHO. Tremendo pateo.
En el hotel, duchita, cervecita y a coger un taxi (en el que volvimos a pasar auténtico pánico) para llegar a la cena-concierto del Blue Note. Esa noche actuaba Madeleine Peyroux.
Este garito es, posiblemente, el club de jazz más famoso del mundo. Estaba a reventar. Nos sentaron a muy pocos metros de la banda y bastante apretujados.
El servicio, lamentable. La comida estaba bastante bien. El vino, caro y ardiendo. Nos tuvieron que traer una cubitera para enfriarlo.
El concierto me gustó pero es una putada cenar mientras están cantando porque no se puede hablar. A ver cómo se come que 8 españoles, comiendo y bebiendo, permanezcan en silencio. Muy duro. Conviene cenar antes o dejar la cena para después.
El precio del concierto, 45$ más consumición mínima de 5$. Impuestos y propinas aparte.
Ya hablaré de la tocada de pelotas que supone el rollo de la maldita propina.
Una vez acabó el concierto, Gloria y yo nos fuimos andando al hotel. Otra pateadita estupenda que nos sirvió para ver el ambientillo que se respiraba a esas horas.